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EL VIAJE

Bienvenidos a Toni the Wild Bike, la aventura de un niño salvaje viajando alrededor del mundo a lomos de una bicicleta.


El plan general de la bicicleta salvaje es viajar desde Indonesia hasta España en bicicleta, dejando siempre puertas abiertas a cambios de ruta, por tiempos de visado o inconvenientes del camino, pues en un viaje de éste calibre nunca se sabe lo que puede pasar.


El proyecto trata de combinar mis tres grandes aficiones: viajar, deporte y fotografía. Es por ello que emprendo ésta aventura, para que el 100% de mi viaje esté completamente relacionado con lo que me gusta hacer, con lo que siempre he deseado hacer y que a veces cuesta tanto, convertir sueños en realidad. Y en éste momento de mi vida, el viaje me lleva a conocer el mundo en bicicleta.


Durante mi camino, la intención del viaje es moverme de lugar en lugar pedaleando con la casa a cuestas, en busca de zonas montañosas allá donde las haya. En este caso, dejar la bicicleta a buen recaudo, y subir la montaña más emblemática del lugar, o simplemente, cualquier montaña que sea de mi agrado. Si consigo llegar hasta el Himalaya, ya hablaremos entonces si ataco la montaña más emblemática, o lo dejamos en un simple paseo por el monte.


Ésta manera de viajar me permitirá descubrir mucho más, no sólo se trata de pedalear y escalar sin ni siquiera respirar. La interacción con las personas y la cultura del lugar, es lo más importante para mí, allá donde ponga mis pies, o mis ruedas en éste caso. Escuchar el consejo de la gente local, interesarse por ellos y lo que hacen en sus vidas, ayudar en lo que sea necesario, compartir historias y experiencias, sentir la magia del lugar y vibrar con su espiritualidad, etc. Todo ello es parte de la esencia de viajar, y más concretamente es parte de mi compromiso con el viaje.


Por todo esto, además de lo dicho hasta ahora, mi intención paralela durante el viaje también es la de fotografiar y escribir sobre mis movimientos por el mundo y contar lo que ocurre ahí fuera, en éste nuestro vasto y bello planeta.


¿Por qué en bicicleta?


La salida de España comenzó en noviembre de 2011, y después de viajar un mes en Vietnam, me fui a vivir a Nueva Zelanda por un año. En éste país, aparte de trabajar en diferentes lugares y viajar de diferentes maneras, me enamoré de lo primero que hice durante 2 meses nada más llegar, descubrirlo y explorarlo montado en una bicicleta. Desde éste momento, el sueño de viajar en bicicleta durante más largo tiempo y más largas distancias, se detuvo en mi mente y ha estado danzando con mis pensamientos desde que acabé aquel viaje. Estaba convencido ya, iba a viajar en bicicleta allá donde fuera.


Mucha gente viaja en avión, algunos en tren, otros en autostop, otros a pie. Yo he elegido la bicicleta como medio de transporte, ya que el hecho de viajar de ésta manera le transporta a uno a otra dimensión. El esfuerzo personal y la voluntad que uno debe comprometer para éste tipo de viaje, lo pinta todo de un color diferente.  Cada segundo que pasa, la brisa del aire, las rampas arriba, cada metro recorrido, las rampas abajo, las lluvias torrenciales que le dicen a uno “abandona”, los ánimos de la gente local, etc, todo éste conjunto hace de la aventura sobre dos ruedas una experiencia incomparable. El destino no es el objetivo, sino todo lo que experimentas para llegar hasta él. 


Mi afición por la bicicleta empezó desde pequeño, acompañando de vez en cuando a mi padre en sus salidas de los domingos. Durante las tardes de Julio, era costumbre en mi casa tragarse el “Tour de France”, sobre todo las etapas de montaña en los tiempos de Induráin. Incluso teníamos un periquito amarillo con su nombre, Aupa Induráin! Con 13 años recorr
í en família el Camino de Santiago desde Burgos en bicicleta, y creo que desde ahí, inconscientemente, se activó el modo de viaje sobre dos ruedas.


¿Por qué montaña?


Porque me encanta, y en ella me siento libre. La fuerza y energía que ofrece madre naturaleza en las montañas provoca un sentimiento de libertad muy intenso y real, y no me lo quiero perder en mi ruta alrededor del mundo. Por ello, allá donde vaya con la bicicleta, quiero descubrir las montañas del lugar, para luego escribir reseñas y describir rutas para cualquier otro bienaventurado.


La afición por la montaña viene desde que era adolescente. Gracias a mis primos de Burgos, tierra de mi querida madre, en la cordada “de la Fuente”, marchando cada verano a los Pirineos a subir algunos de los tres miles, siendo el Pico Aneto (3404m), mi primer pico con 15 años. Luego continué practicando actividades de montaña de cualquier modo posible, alpinismo, escalada, snowboard, barrancos, etc, y mi querido psicobloc, escalada pura y natural sobre el mar, en la isla bonita que me vio nacer, Palma de Mallorca.



Basta de rollos y a viajar se ha dicho! Nos vemos en el camino.


Primer plato, Indonesia.

 

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