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Australia

Part 2

La vida en Noosa / Life in Noosa

 

 

Como bien dije en el último escrito, la idea era quedarme una o dos semanas, pero al final 6 semanas han sido las que he pasado en éste hermoso lugar, Noosa. No era mi intención inicial, pero al final la vaguería del viajero tocó a mi puerta y me dijo para quedarme tranquilo por un tiempo. La calma previa a la tormenta lo llamaría yo, ya que en pocos meses de vuelta a la acción. 


Los primeros días discurren con normalidad, me levanto temprano a correr por la playa, desayuno en abundancia y luego a trabajar un par de horas haciendo las camas del hostal. Noosa es un paraíso para surfistas, es una ola muy conocida y muchos vienen aquí para surfear por una temporada larga. Como tal, voy a intentar convertirme en surfista por unos días y aprender lo más que pueda durante éste tiempo.


La vida en el hostal Nomads es especial, la odias al principio, pero poco a poco te va atrapando y acabas por amarla. Vives en una habitación con 11 personas más, con sus correspondientes bártulos colocados ordenadamente en el suelo, tan ordenado que sería algo parecido a cogerlo todo y lanzarlo al suelo desde un par de metros de altura, y tal como quedara, ese sería tu armario. No hay madres alrededor, entonces al parecer, nadie está lo suficientemente preparado para afrontar el reto de, limpiar. Las hormigas de tamaño australiano campan a sus anchas sin importarle a nadie, incluso algunas de ellas son amigas, nos ayudan a llevar macutos de arriba abajo, y a veces nos traen los dulces de la habitación contigua. En fin, toda una serie de hechos que uno se pregunta por qué acaba gustando. Y es que nada sería lo mismo si no fuera por las personas que hacen todo esto posible, un grupo humano proveniente de todas partes del globo, que pasan de ser desconocidos a hermanos y hermanas del camino o viaje, en el cual uno se siente arropado por un tiempo, lejos de casa pero cerca a la vez.


Es un lugar muy relajado, pasamos los días en familia. El parque nacional es nuestro lugar favorito, sus playas se acercan al término paradisíaco, pero le faltan los cocoteros y le sobran medusas. Las hay de todos los colores y tamaños, por suerte a ésta latitud no llega la letal medusa caja del norte de Australia predominante en aguas del trópico, así que cualquier picada se alivia con métodos caseros. Surfeamos, o al menos lo intentamos, en aguas del parque nacional a sabiendas de la presencia de tiburones, por suerte lo único que llegué a ver fueron tortugas acuáticas y mantas. Digamos que tentar a la suerte es parte de la aventura. Cuando no vamos a la playa, nos vamos al río, donde nuestro pasatiempo es una cuerda a modo columpio, atada a un árbol para lanzarse al río estilo Tarzán. Otra vez de nuevo, sabiendo que en el río hay incluso más tiburones toro que en el mar, sigamos tentando se ha dicho. Por las noches reunión familiar, normalmente en torno al dichoso “gunn”, vino de alta calidad de las mejores bodegas australianas, metido en bolsas de plástico, que al vaciarse se inflan para tener una almohada y poder dormir la mona allá donde uno esté. Para Nochevieja y mi cumpleaños, pasamos la noche en la playa, alrededor de la hoguera con buena música y buena compañía, despidiendo a la luna esperando al amanecer. 


Y así pasan nuestros días en nuestro querido pueblo de Noosa, hasta que llega el momento ya de decir adiós, después de un bonito tiempo en éste lugar y con esta gente, toca seguir adelante con un fuerte abrazo y un hasta pronto. Próximo destino, Darwin, al norte de Australia y muy cerca de Indonesia, sin intenci
ón de dejar pistas.

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